Los precios de las
entradas a monumentos egipcios, y viajes en general,
aumentan un 25%. Tanto las entradas a los monumentos,
como el suplemento del carburante en los vuelos y el
precio del resto de transportes ha encarecido
notablemente viajar a Egipto en los próximos meses.
Esto unido a las casi disparatadas nuevas tarifas de
invierno que han decidido tener hoteles y cruceros,
sin tener en cuenta lo más mínimo la crisis
internacional, ha provocado que para Navidad y Fin de
Año todavía existan multitud de plazas libres para
viajar a Egipto bien entrado el mes de diciembre, cosa
impensable en años anteriores cuando todavía los
precios, a pesar de ser altos, eran medianamente
aceptables.
Parece que en Egipto deben
pensar que los occidentales "cagamos euros" pues sus
tarifas de hoteles (en las mejores categorías, que son
las solicitadas por la mayoría de turistas europeos)
ya son superiores en muchos casos a las de otros
similares en Europa, sin que la calidad de algunos de
ellos sea comparable. Destacamos el caso del
hotel Ramses Hilton 5* Lujo, en El Cairo, que cuando
apenas podría alcanzar la categoría de 4* en España,
su precio sí es equiparable. Dicho precio es muy
similar a otros mejores y de mayor categoría como el
Marriott (5* Gran Lujo) en la misma ciudad, cosa que
raya en lo absurdo y ha tenido como consecuencia que
el primero apenas se esté ocupando en la próxima
temporada alta, mientras el segundo ya está completo.
Algo similar ocurre en otros hoteles cariotas como el
Semiramis (5* Gran Lujo) cuyos precios superan
ahora al hotel Conrad (5* Gran Lujo) siendo el
segundo bastante mejor. El Conrad sí es comparable con
cualquier 5* europeo en calidad e incluso inferior en
precios, pero estamos hablando de un país con un nivel
de vida unas 6 ó 7 veces inferior al de España, lo que
implica gastos 6 ó 7 veces inferiores a los que tienen
nuestros hoteles y por tanto beneficios 6 ó 7 veces
superiores a los que pueden obtener los españoles.
Es innegable el atractivo
monumental de un país como Egipto pero, seamos
realistas, con pirámides y todo todavía recibe 10
veces menos turistas que España, su oferta hostelera
es muy inferior a la de nuestro país y la calidad de
los servicios en general hace que muy pocos hoteles
sean aceptados por el turismo occidental, lo cual
reduce la competencia de los que sí tienen esa calidad
y por tanto, año a año, suben sus tarifas sin cesar
sin que ello merme, hasta ahora, su ocupación. Esto
provoca que la inversión en construcción de grandes y
lujosos hoteles en Egipto sea un negocio seguro y muy
beneficioso, como podremos comprobar los próximos
años.
Todo esto es perfectamente
lógico y lícito, Egipto es un destino muy solicitado y
la demanda seguirá en aumento si no llegan a niveles
disparatados como los del presente invierno teniendo
en cuenta que han elegido el peor momento debido a la
crisis. Está aumentando la riqueza del país, pero no
llega a todas las capas sociales y ello puede
desembocar en futuros conflictos internos... esperemos
que el Gobierno egipcio sea capaz de controlar la
situación. |